Cruz de piedra que estuvo anteriormente situada sobre el agujero Mazú, donde servía de exconjuradero de tormentas, maleficios y pestilencias. Actualmente se encuentra en el remate de la barbacana que enmarca la antigua plaza de armas del castillo y da acceso a la Iglesia Parroquial.
Se trata de una cruz muy sencilla y tosca, de aspecto arcáico y concebida con una ingenuidad casi infantil, que presenta a un lado una inefable y candorosa imagen del Crucificado, y en la cara anversa, la Eucaristía. Bajo la cruz, en la columna de apoyo a modo de capitel, el anónimo artista fue esculpiendo, dispuestos en bandas circulares, unos dibujos geométricos y unos rostros a manera de lunas llenas y soles, interpretados con sentido en los espacios.
Puede ser considerada como la cruz de piedra (crucero, humilladero, peirón) más arcaica y, por ello, singular del Altoaragón.
La barbacana en la que se encuentra enclavada, asciende desde el propio crucero hasta la altura de la Iglesia, enmarcando el antiguo patio de armas del castillo, que hoy cumple las funciones de plaza. Está construida en sillares y sobre el nivel del suelo deja ver dos hileras de grandes piedras sobre las que se asienta el canto o remate, que es igualmente de piedra, cuyo perfil se asemeja a una omega o a un lomo de riñonada.